La historia de la rosca de reyes
Cada 6 de enero, se celebra tradicionalmente, la llegada de los Reyes Magos. En este festejo se recuerda el día en que los tres Reyes Magos, guiados por una estrella, llegaron a conocer al Niño Jesús, llevándole sus regalos.
Como parte de esta tradición, se comparte la Rosca de Reyes. Este es un delicioso pan trenzado, cuya forma es redonda u ovalada, en representación al amor infinito de dios, que no tiene ni principio ni fin. Al interior, se encuentra una figurita que, dependiendo del país, varía; puede ser un Niño Jesús, una moneda de oro, una haba o una corona, aunque las posibilidades son infinitas, incluso hay coleccionistas de estos figurines.
La tradición de las figuras y lo que representan, también cambia de un país a otro. En Francia y ciertas regiones de España, se acostumbra a que el niño más pequeño de la familia, entregue las porciones de la rosca a quien él deseé. Quien se lleva la figurita, se convierte en rey o reina por un día, y todos sus deseos tendrán que ser cumplidos. Esta costumbre se remonta a la Roma Antigua, cuando se festejaban los Saturnales y posteriormente, en la Edad Media, cuando se reverenciaba al señor, con festejos que incluían la rosca dulce.
En México, la costumbre varían un poco. En la rosca de reyes, se incluyen figuritas del Niño Jesús. La persona a la que le toca la figurita, se convierte en padrino o madrina del niñito, debe llevarlo a bendecir a la iglesia y cuidarlo hasta el 2 de febrero, día de la Virgen Candelaria, cuando se organiza un festejo con tamales y chocolate.
En Ecuador se han adoptado algunas de estas tradiciones. En varias pastelerías se ofrece la rosca de reyes y las figuritas varían de un sitio al otro.
Lolita ofrece también su deliciosa rosca de reyes, con masa de coco, rellena de crema pastelera de chocolate, aromatizada con zes de naranja y decorada con cerezas marrasquino y almendras. Por supuesto, sin gluten.
